El dogma de Viviane, o ningún 'terrorismo mediático'
Se trata de un dogma, no de un ‘terrorismo mediático’
como catalogó las críticas de la comunidad LGBTI y de los medios creyendo
sacudirse de ellas. Aquí el porqué.
Foto: Semana.com |
Señora
Viviane, vi su vídeo aparentemente aclaratorio.
Sabemos que el número de personas solteras y de parejas homosexuales que desean
adoptar es bastante escaso. Eso, sin embargo, le resulta muy difícil
presentarlo como argumento complementario. ¿Cuál es su argumento central? Que
su proyecto no pretende afectar la realidad familiar de madres o padres
solteros ni la de los parientes que también tengan al niño bajo su cuidado. Su
proyecto solamente pretende impedir que personas solteras y parejas
homosexuales calificadas adopten, sumando obstáculos a los ya innecesariamente
contemplados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). En
palabras más sencillas: reducir cada vez más el número de adopciones con el
pretexto de que una persona soltera o una pareja homosexual no es una familia
ideal, como si las familias heterosexuales lo fueran por el solo hecho de ser
heterosexuales. ¿Se da cuenta de cuán ridículo es eso?
En
entrevista
con W Radio usted sostuvo: “A los menores en
condición de adopción se le debe garantizar lo primero: el amor, el afecto, el cuidado,
la crianza y la posibilidad de ser formados bajo el rol paterno y el rol
materno”. De modo que si una persona soltera o una pareja homosexual le
da amor, afecto, cuidado, crianza, salud y educación privadas, y muchísimo más,
pero no el patrón de familia que establece la Biblia y los religiosos en
general, no son aptos para criar a un niño sin familia. Luego adujo: “Se trata
de los derechos de los niños a crecer con un papá y una mamá”, como quien pretende
producir el orden mental de una conclusión simplista: que se trata de lo que en
Derecho se conoce como el ‘interés superior del niño’; cuando en realidad
entraña una connotación religiosa y narcisista: su ‘derecho’ a imponer sobre
los niños lo que usted cree es lo mejor para ellos. Eso es lo que usted está
defendiendo: su vanidad.
En
agosto de 2014, cuando en la Corte Constitucional se gestaba la posibilidad de
que personas homosexuales adoptaran, usted expresó: “En mi condición de cristiana, pero además de ciudadana y de demócrata, no puedo aceptar que un tema de tanta trascendencia ética, que toca las fibras más sensibles de las creencias de la nación pueda ser decidida a puerta cerrada por el voto de seis personas”. ¿Sino por los católicos?
No
sabe si Dios creó al homosexual o si la orientación sexual es algo contagiable,
pero sí sabe que no es honesta con la nación y que solo busca parapetarse en
ella, o hablaría de referéndums para la democratización de temas de igual o
mayor trascendencia por los cuales no muestra indignación cuando no se consulta
la ciudadanía. Entonces, no sé a quién pretende engañar con eso de sumar al
referendo las personas solteras para disimular su dogma y así evitar padecer el
molde del Procurador Ordóñez. ¿Cómo pretende que los derechos de los niños y los de
una minoría sean decididos no solamente por una mayoría sino también por una
mayoría religiosa? ¿Qué clase de culto enfermizo a la religión puede ser ese de
tal dimensión?
Su parapeto
democrático guarda más ingredientes de totalitarismo y de religiosidad que de
democracia y juridicidad en conformidad con hechos y ciencia. Los derechos de
los ciudadanos, niños o no, homosexuales o no, no
pueden ser definidos por mayorías ni por minorías y mucho menos por cultos
religiosos sino por criterios racionales y empíricos. Si las investigaciones de la Asociación Psiquiátrica deAmérica Latina y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría y Pediatría concluyen que la adopción de niños por parte de parejas homosexuales no representa unpeligro para su desarrollo y que la homosexualidad ha estado siempre más cerca de un origen biológico que sociológico (en virtud de un proceso bioquímico
durante los primeros seis meses de gestación del feto), ¿cuál la razón o el
argumento para entorpecer el amparo de los niños sin familia, que no sea el
dogma o el prejuicio?
Mientras
el mundo se estremece, esperamos quede desamparada de respaldo constitucional y
su actuación democrática desmentida por quienes aún desean proteger la ley de
la ignorancia y del intercambio que aviva la continuidad exitosa del
oportunismo politiquero (como representar a uno u otro partido según la
afinidad de credos).
Colofón I: El
‘castrochavismo’ no se lo creen ni los más capitalistas y odiosos del
comunismo: Washington. Esos quienes no pierden tiempo interviniendo o
invadiendo allí donde huele a izquierda: desde los desiertos de México y las
playas de Cuba y Puerto Rico hasta la punta de Argentina. Curioso, ¿no? Eso de
que vean un Acuerdo con una recua de comunistas del siglo XX tan ‘Fine &
Dandy’. Esta es la razón por la cual Uribe y quienes a ciegas lo siguen han
acuñado –a través del análisis de las mentes racionales– el vocablo
‘uribestia’. Porque lo que dice o vocifera es, a todas luces e insistentemente,
no solo una barbaridad sino una barbaridad evidente para el lector
independiente, ese que busca la información por sí mismo. El lector responsable
en fin.
Colofón II: Que Mario Vargas Llosa, una persona
profundamente de derecha, afín a George Bush y a José María Aznar López,
también apoye el Acuerdo, deja aún más mal parada a la ultraderecha. Esto no se
trata de afinidades políticas, sino de juicio jurídico e histórico o,
simplemente, de sensatez. La inmensa mayoría del No cree que el Acuerdo debe
tratarse sobre su orgullo o resentimiento, sobre su sentido de venganza o sobre
su orientación política. Se ‘caen de nalgas’ negándolo aduciendo veinte
sofismas presuntamente jurídicos e históricos; pero demuestran cada vez más que
no es nada más que lo anterior. Resentimiento social y recelo político.
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Esta
columna fue publicada en Semana.com:
http://www.semana.com/opinion/articulo/david-bustamante-segovia-el-dogma-de-viviane/494389
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ENGLISH VERSION:
Viviane's dogma, or no 'media terrorism'
It’s nothing
but a dogma, not ‘media terrorism’ as she so bluntly named the gay community’s
critics thinking she’d shake them off her shoulders. Here’s why.
Photo: Semana.com |
Dear
Viviane, I saw your so-called clarifying video. We all know that the number of single people and homosexual
couples interested in adoption is more than scarce. That, however, can hardly
be presented as a complementary argument. What is your main argument? That your
draft law doesn't pretend to affect single parent’s reality or the reality of
the relatives who also have a child under their care. Your draft law’s sole
purpose is to prohibit qualified single people and qualified homosexual couples
to adopt children, adding obstacles to the ones already unnecessarily
contemplated by the Colombian Institution of Family Welfare (CIFW). In other
words: to reduce even more the number of adoptions with the excuse that a
single person or a homosexual couple is not an ideal family, as if heterosexual
families were so just for being heterosexual. Do you realize how ridicule that
sounds?
You recently said on an interview
with W Radio: “Children on adoption conditions should be guaranteed: love,
protection, nurturing, and the possibility of being formed by a father-mother
role”. So, if we’re not mistaken, you're saying that if a single persona or a
homosexual couple provides love, affection, protection, nurturing, private
education and health and much more, but not the family pattern established by
the Bible and by reverends in general, than they’re not fit for adopting an
orphan child. You then said: “This is about the children’s right to grow up
with a mother and a father”, as a person trying to produce the mental order of
a simplistic conclusion: that is about what in Law has come to be known as the
«superior interest of the child», when in reality, it entails both a religious
and a narcissistic connotation: what you
believe is your right to impose to children what you think is best for them. That is what you are defending: your
vanity (religious vanity).
On August of 2014, when the
Constitutional Court was deliberating over equal adoption, you said: “As a Christian, and also as a citizen and a democrat, I cannot accept that something of such ethical transcendence, that touches the most sensitive fibers of this nation’s beliefs, can be decided indoors by the vote of six people”. But by Catholics?
You don't know if God created
homosexuals or if sexual orientation is contagious, but you do know that you
are not being honest with the people and that you’re hiding your true
intentions behind them; or you’d also be talking about referendums for the democratization of other matters of the same or
much higher transcendence for which you do not show any outrage when they’re
not consulted with the people.
So I don't understand who do you
think you are deceiving by adding to your draft law also single people in order
to disguise your dogma and avoid being catalogued by the same mould of that of
the attorney-general Alejandro Ordóñez. How can you pretend children’s and minority’s
rights be decided by not only a majority but also by a religious majority? What
kind of sick cult to religion can that be of such dimension?
Your ‘democratic’ parapet has more
of absolutism and religiosity than of democracy and legality in light of
science and facts. Citizen’s right’s, whether they’re children or not,
homosexual or not, cannot be decided by majorities nor minorities and much less
by religious cults but by rational and empiric judgments. If the Latin-American Psychiatric Association and the American Academy of Pediatrics conclude that children adoption by homosexual couples does not represent any danger whatsoever for children’s growth or development and that homosexuality has always been
more close of being a natural biological condition than a sociological one (do
to a biochemical process during the first six months of fetal gestation), what is then the reason for impeding the orphans guardianship, aside from prejudice
or dogma?
While the world trembles we hope you
stand without constitutional endorsement and that your democratic act goes
unmasked by those who still believe in protecting laws from being born from
ignorance and from the exchange that rouses the successful continuity of
political opportunism (like representing either the liberal party or the
conservative party in light of creed’s compatibility).
Colophon I:
The so-called ‘castrochavismo’ is not even bought by the most capitalist people
and also the most haters of communism: Washington. Those who don’t waste time
intervening or invading wherever smells like ‘left’: from the deserts of Mexico
and the beaches of Cuba and Puerto Rico to the tip of Argentina. Curious, isn’t
it, them seeing our Peace Agreement with a horde of communists from the
twentieth century so ‘fine & dandy’. This is the reason why Álvaro Uribe
and those who blindly follow him have forge –via the rational mind’s analysis–
the word: «Uribeast». Because everything he says or screams is –insistently and
without a doubt– nor only a nonsense and stupidity but also an obvious one for
the independent reader, the one that looks for information his own self; the
responsible one.
Colophon II: Mario
Vargas Llosa, a profound right-wing person, also a dear friend to
George Bush and José María Aznar López, having said that he endorses the Peace
Agreement completely, leaves the far-right Colombians even less well stand. It’s
just that, this isn’t about political orientation but about legal and
historical judgment or, simply, about being sound. The immense majority of
those who defend the “No” of the peace plebiscite believe the Agreement should
be about their pride and resentment, about their sense of vengeance or about
their political orientation. They ran out of saliva denying it by presenting presumably
legal and historical judgements; but they demonstrate each time more that it is
nothing more than the above. Social resentment and political nuisance.
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