Breve reflexión lírica
¿Qué pasarían a ser los colores y su inmensa o casi infinita variedad de
tonos en nuestras vidas? Es decir. Si la vida y la también casi infinita
variedad de experiencias se vieran revestidas de diversos colores y múltiples matices,
¿cómo sería el verde primavera de la nostalgia, el turbio de la tristeza o el
fúnebre de la muerte? ¿El húmedo o granate de la angustia que no soporta la
espera o el seco e invernal de la soledad sin esperanza? ¿Los matices sombríos
de nuestras confusiones o los mates de las respuestas a todas las preguntas? ¿El
chartreuse fosforescente de la felicidad o el velado de algunos sentimientos? ¿El
anaranjado efervescente de la fuerza del amor o el gris mezquino y
prejuiciado que lo marchita? ¿El blanco relativo de la ilusión o el azul oceánico
de la verdad? Pero: ¿qué color guarda su integridad o la de su
matiz o tono sin la luz del sol? Quizás exista una realidad dependiente de la sabiduría
(luz) con que ponemos la mirada sobre ella.
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